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Es momento de poner las cartas sobre la mesa y hablar de algo que estoy segura que a más de uno nos aterra, pero que aún no entendemos ni qué onda: envejecer.
Antes de irnos de lleno, es súper importante dejar algo claro. La piel cambia a lo largo de nuestras vidas, y eso no siempre está completamente ligado a la edad numérica, y aunque sí afecta, no es la única razón. En esta ecuación están en juego otros factores igual de importantes y tienen más que ver con nuestra genética, estilo de vida, tipo de piel y cualquier otra condición adicional de la piel.
Algo que también debe de quedar claro es que la "piel madura" no es un tipo de piel, es una afección de la piel, que puede ser genética, como la rosácea o el acné, o desarrollarse, como las manchas solares. Además, todo esto está influenciado por el estilo o las condiciones de vida que lleves.
Así te la pongo, una persona de 20 años puede tener el mismo tipo de piel genética y problemas que una persona de 50 años (envejecimiento prematuro, ¿te suena?). Bien, creo que ahora estamos en el mismo canal, prosigamos.
En cuanto a la edad biológica, recordemos que a medida que envejecemos, el metabolismo de las células se vuelve más lento. La síntesis de colágeno se reduce y la deshidratación ocurre más fácilmente. Y si agregamos los factores de estilo de vida que mencioné antes, como el estrés, enfermedades, medicamentos, tabaquismo, daño solar, falta de sueño y dieta, imagina el resultado.
Aunque parece obvio, tal vez no lo sea tanto, por eso es mejor repasar.
Algunos signos de piel madura son:
Piel más seca
Piel delgada
Falta de firmeza
Arrugas profundas
Deshidratación
Pérdida de luminosidad
Falta de tono
Poros abiertos
Hiperpigmentación y manchas de la edad
La realidad es que todos envejecemos. No tengas miedo, es inevitable y parte de lo bonito de la vida. Hay que aceptar que en algún punto nuestra piel ya no se verá joven como hoy o antes, that’s a fact, pero con la rutina y los productos correctos, podemos retrasar ese proceso y sacar lo mejor de nuestra piel.
Primero y por enésima vez: USA PROTECTOR SOLAR. Listo, solté la bomba. El sol es amigo, pero también hace mucho daño en exceso, así que no salgas de casa sin protección.
Hay distintos ingredientes que ayudan a prevenir el envejecimiento de la piel, o en su defecto a tratarla y reforzarla, como por ejemplo:
Los retinoides están hechos de derivados de la vitamina A. Actúan haciendo una exfoliación y neutralizando los radicales libres en la pie. Esto trae distintos beneficios, como la mejora en la textura de la piel, ayudar a prevenir o suavizar las arrugas, y reducir la hiperpigmentación, manchas y acné.
Yo siempre he creído que la clave de una piel visiblemente más joven es la hidratación. Adivina, el ácido hialurónico puede retener hasta 1000 veces su peso en agua. En otras palabras, funciona como hidratante y humectante. El resultado es un aumento en la elasticidad de la piel, lo cual lo vuelve perfecto para evitar las arrugas.
La vitamina C es una m a r a v i l l a, de verdad, hace mil cosas. Entre las más representativas se encuentran la protección del daño solar, la hidratación y promover la producción de colágeno, si quieres saber más da click aquí.
Los péptidos promueven la síntesis de colágeno, una proteína básica en la elasticidad de la piel. Conforme crecemos, la producción de ésta disminuye, pero podemos ayudar a aumentar naturalmente aplicando productos que contienen péptidos. El colágeno es una molécula demasiado grande para ser absorbida por la piel por sí sola (no te dejes engañar por los productos con colágeno no micronizado), por eso siempre es mejor acudir a ingredientes que promueven su producción.
Por último, recuerda cuidar tu piel sin importar tu edad, esto va más allá de temas de estética.