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Los ingredientes para el cuidado de la piel suelen tener nombres complicados, y entender una etiqueta, puede ser bastante difícil. Ahora, imagínate cuando los abrevian. Un buen ejemplo son los AHAs, BHAs y PHAs, o mejor conocidos como exfoliantes químicos, los cuales se han hecho tan populares, que parecen estar en todos los productos de belleza hoy en día.
Para explicarte mejor que son, y conozcas todos sus beneficios, te contamos todo lo que debes saber acerca de lo exfoliantes químicos.
Aunque la lista de beneficios es larga, su principal función es disolver los enlaces que unen a las celular muertas en la capa superior de la piel, eliminándolas y abriendo paso a una piel nueva, suave y sobre todo uniforme. Cada uno trabaja de diferente manera y se adaptan a diferentes tipos de piel:
El más común es el ácido glicólico y es perfecto para pieles secas, ya que ayuda a mantener la hidratación en el rostro y a estimular la producción de colágeno, ayudando a disminuir las arrugas y líneas de expresión. Son solubles en agua, por lo que no penetran en las capas más profundas de la piel, pero son capaces de reducir la apariencia de líneas finas, cicatrices de acné y manchas oscuras.
AHAs comunes: Ácido glicólico, láctico, mandélico, tartárico, málico, cítrico.
Son ideales para pieles grasa o mixtas, ya que su principal función es remover el exceso de sebo desde adentro, además de tener propiedades antibacterianas y antiinflamatorias. Al ser solubles en aceite, penetran más allá de la superficie de la piel, limpiando los poros, mejorando su apariencia. Básicamente, si tu piel sufre a menudo de imperfecciones, ya te estás tardando en usar el BHA.
BHAs comunes: Ácido salicílico.
Puede que estos no te suenen tanto y es que, a pesar de haber existido siempre, apenas se están volviendo a retomar en el mundo de la belleza pues tienen muchos beneficios. Su tamaño molecular es el más grande de todos, por lo que no se absorben fácilmente en la piel y esto los hace ideales para las pieles muy sensibles. No solo ayudan a eliminar las células muertas de manera suave, sino que también estimulan la regeneración de la piel. Funcionan más como un AHA que un BHA, es decir, exfolian la capa superior de la piel, no los poros.
PHAs comunes: Gluconolactona y ácido maltobiónico.
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Te recomendamos usarlos después de limpiar y tonificar tu piel, puedes aplicarlos con un pad de algodón en movimientos circulares por toda la cara para asegurarte de aplicarlo de manera uniforme. También puede hacerlo directamente con las manos (limpias), dando ligeras palmaditas para que se absorba mejor.
Antes de incorporarlos a tu rutina, hay varios aspectos que debes de tomar en cuenta:
1. Si eres primerizo, comienza usándolo de dos a tres veces por semanas. Ve aumentando gradualmente el número de usos hasta que tu piel se acostumbre y puedas utilizarlo diario sin irritaciones.
2. Ya sea que decidas utilizarlo en la mañana, o en la noche, es súper importante que no olvides aplicar protector solar durante el día.
3. Cuida no sobre exfoliar. Si empiezas a notar sequedad en zonas como las mejillas o nariz, interrumpe el uso de este e hidrata tu piel hasta que se recupere por completo.
4. Toma en cuenta que hay ciertos tipo de ingredientes, como la vitamina C y el retinol, que no debes mezclar cuando estas utilizando algún producto con AHA, BHA y PHA.