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Si tomarte la selfie perfecta fuera fácil, todos lo harían.
Lo más irónico es que es realmente una cosa súper sencilla de lograr, solo necesitas una ventana, tu celular y mucha paciencia. En serio, tómenlo de una experta en selfies (identificar talentos propios no es cualquier cosa, pero de esto estoy segura).
Para que nunca jamás vuelvas a sufrir depresión post-selfie y te sientas digna de tus likes, hemos creado esta guía foolproof que te tendrá tomándose selfies como si hubieras nacido para eso, lo prometemos.
Yo he probado de todo, y amigas, no hay nada como la luz natural. Párate en frente de una ventana y click away, la mejor luz es la de los días nublados, esa que es ligeramente blanca y las nubes funcionan como un difusor del sol orgánico y claro, también depende del estilo que quieras lograr.
La luz dura, esa que da el sol cuando amanece o al atardecer, funciona perfecto para shots más artísticos, en los que tu cara nos es necesariamente la protagonista.
Todo se ve más tenue en foto y por lo tanto, el maquillaje es uno de tus mejores aliados. Por ejemplo, yo en lo personal, tiendo a resaltar mis cejas maquillándose ligeramente más oscuras de lo normal. Enmarcan mi cara, me dan personalidad y son una parte de mi cara que me gusta mucho. Ya sean tus labios, tus mejillas, tus ojos, o lo que quieras, procura que lo mejor de ti sea el enfoque usando algo que los haga lucir.
Mientras puedes usar makeup para que tu piel se vea súper glowy, no hay nada mejor como the real thing y se nota muchísimo en las fotos, una sheet mask antes de la sesión selfie y la mejor parte es que mantendrá tu piel hidratada todo el día, haciendo que te veas igual de linda tanto en foto, como en la vida real.
O 100, si quieres. Experimenta con diferentes ángulos, posiciones y lugares. Esto tiene tres beneficios: te ayudará a encontrar tu ángulo y seguro de esas miles que te tomes una tiene que salir buena.