Llega el 8 de marzo y nos vestimos de morado, luchamos por la equidad de género, gritamos por aquellas voces que hoy ya no pueden y nos volvemos cómplices llamándonos “hermanas”, pero… ¿Qué hay de los siguientes 364 días?   

No, no está bien el criticar a la mujer que tenemos a un lado, el querer hablarle a la pareja de tu amiga, el ponerle trabas a la candidata del puesto que tu también quieres y que llegue el 8M y decirle “hermana no estás sola, estamos unidas” somos mujeres y tenemos un propósito en común, buscamos sentirnos seguras y en confianza entre hombres, por lo que para lograrlo, debemos empezar entre nosotras, haciendo de esta fecha nuestro día a día.

Nuestras mamás dirían que no somos moneditas de oro para caerle bien a todas las personas, lo cual es muy cierto y válido, esto no reduce el hecho de ser sororas con las mujeres que nos rodean donde sea que estemos, dándonos cuenta del abuso diario que una persona sufre y quedarnos calladas, recuerda que no debe haber un golpe para hablar y mucho menos esperarnos a que llegue el 8M. 

Con esto yo no digo que te hagas amiga de toda persona que se te presente, pues somos libres de elegir a las mujeres que queremos cerca, hay gestos tan simples que demuestran empatía como lo es el regresarle la sonrisa a la mujer que amablemente y sin fin alguno lo hizo.

Mujer, grita, se fuerte, defiende todos tus derechos todos los días a todas horas, creemos una red segura entre todas nosotras, donde sin importar el día y la hora podamos acudir a la ayuda de una mujer y realmente darnos cuenta de que NO estamos solas.