No importa cuánto  tiempo inviertas en tu rutina de belleza, si no sabes del enemigo invisible que pasamos por alto, la contaminación, todo es en vano. 

¡Sí! La contaminación es ese enemigo que está en todos lados, todo lo que nos rodea, sobre todo si vives en una zona muy poblada como una ciudad, y claro que tiene un gran efecto sobre nuestra piel. No, no importa si estás en tu casa en cuarentena… Esas partículas no hay ventana o rendija que perdonen.

Pero, ¿a qué me refiero cuando hablo de contaminación ambiental? Primeramente, la radiación ultravioleta (UVR) y por otro lado  a los contaminantes ambientales del aire, como los hidrocarburos policíclicos (HAP), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los óxidos, las partículas (PM), el ozono (O3) y el humo del cigarro. SÍ el humo del cigarro.

En otras palabras el sol no es el único villano. 

Y bueno, ¿qué le hace la contaminación a tu piel? Las partículas de contaminación son súper pequeñas y vienen en distintas formas, pueden ser polvo, suciedad u hollín, y justo su tamaño las ayuda a entrar por los poros de tu piel, que al hacer contacto  comienza un proceso de oxidación en las células que resulta en envejecimiento prematuro. 

Aunque nuestra piel sirve como una barrera natural contra los factores externos y logra mantener la mayor parte afuera, no es completamente impenetrable. La contaminación daña su función al descomponer el colágeno y los lípidos que contiene. 

Pero, eso es solo a la larga, también hay side effects más inmediatos como por ejemplo irritación, erupciones y brotes de acné.

¿Y ahora qué?

No te preocupes, no te tienes que guardar en una burbuja impenetrable, ni dejar de vivir tu vida. Hay formas de evitar que la contaminación haga estragos en tu piel y es más sencillo de lo que crees. 

Limpieza profunda: 

¿Te acuerdas que alguna vez hablamos de la doble limpieza? Es el momento de aplicarla. No hay mejor forma de deshacernos de lo que no queremos en nuestra cara que limpiándola. Y no, no importa que no uses maquillaje, cada día debes limpiarla día y noche. Vuelvelo parte de rutina y te juro que no se te olvidará.

Utiliza tónico:

Recuerda que uno de sus beneficios es eliminar esas partículas de suciedad que no eliminó el cleanser. ¡Haz la prueba! Aplícalo con un pad de algodón y observa toda la suciedad que sigue sacando.

Antioxidantes:

Los radicales libres son átomos inestables en nuestro organismo (que se ponen así por la contaminación), los cuales producen oxidación degenerativa. Esto se traduce en envejecimiento prematuro. Es por eso productos ricos en antioxidantes te ayudarán a combatirlos y proteger tu piel. 

• La vitamina C ayuda a contrarrestar la pigmentación y la producción de radicales libres UV.

• El resveratrol protege la piel del daño UVB.

• La niacinamida desinflama, calma el enrojecimiento y reduce manchas marrones o pigmentación.
• Vitamina A y E son otros antioxidantes que también se encuentran en distintos productos y ayudan a proteger y regenerar las células.

Fortalecer la barrera de la piel

Además de antioxidantes, es importante incluir en tu rutina productos enfocados en fortalecer la barrera de la piel. 

Recuerda que la función principal de la barrera de la piel reside en regular el intercambio de líquidos entre el interior y exterior (o sea, mantenerla hidratada y libre de irritaciones) y está conformada principalmente por lípidos.

Uno de estos lípidos son las ceramidas, que aunque sean un componente natural de nuestro cuerpo, con la edad se producen menos, ocasionando  arrugas o manchas. La buena noticia es que las puedes encontrar en distintos productos de aplicación tópica como cremas o serums.

Por otro lado, otra forma de mantener sana la barrera de la piel es integrar humectantes en tu rutina, como por ejemplo, el ácido hialurónico, que es EL hidratante y ayudará a sellar la humedad que tu piel necesita.

De adentro hacia afuera

Recuerda que es muy importante cuidarte de adentro hacia afuera. Toma suficiente agua e incluye en tu dieta frutas, hojas verdes, bayas y omega-3, que son alimentos que ayudan a combatir la oxidación.